La conectividad avanzada, con fibra y 5G, en la encrucijada tecnológica - elEconomista.es

2022-10-15 00:41:38 By : Mr. William zhou

El reciente informe McKinsey Technology Trends Outlook 2022 identifica 14 tendencias principales a través de las cuales se orientan los cambios que permiten los avances en productividad, innovación y bienestar en la esfera económica y en la vida social. A diferencia del resto de tales tendencias, bien determinadas en su alcance y proyección, la conectividad avanzada tiene un carácter transversal y de elemento facilitador de otras tres de las tendencias tecnológicas identificadas: 1) aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT, en su acrónimo en inglés), 2) realidad aumentada y virtual móvil y juegos en Internet ("cloud gaming" en inglés) y 3) procesamiento y almacenamiento de datos en Internet (en las nubes, "clouds" en inglés y en proximidad, "edge" en inglés). El rasgo "habilitador" de tareas y usos de la conectividad suple holgadamente la carencia de un itinerario específico de crecimiento para el negocio de las telecomunicaciones.

En efecto, los despliegues de las infraestructuras más avanzadas de comunicaciones (fibra óptica en la "última milla", móvil 5G, satélites de baja órbita) no generan de por sí una progresión cualitativa en los ingresos de los operadores si no más bien un riesgo de aceleración de la deflación de precios por la consecuencia de costes unitarios de servicio sustancialmente inferiores a los de las tecnologías a las que sustituyen.

Igual que la explosión de uso de la telefonía móvil estuvo ligada a la aparición hace cerca de quince años de los "smartphones" y especialmente a las "tiendas de aplicaciones" de los sistemas operativos móviles, la conectividad avanzada del momento necesitará de dispositivos que conviertan en utilidades para los usuarios (personas o máquinas) el mayor ancho de banda para comunicaciones "pesadas", el menor retardo para comunicaciones "críticas" y la sustancialmente mayor densidad de dispositivos para comunicaciones industriales y de interés público.

En ese carácter habilitador descrito de las telecomunicaciones se refleja todo un esfuerzo de posicionamiento de los proveedores de conectividad, los operadores. Si como reconoce entre otros la Comisión Europea, el valor añadido en la economía digital se encuentra en el uso y cesión de información para los negocios y por ello en los algoritmos, repositorios y sistemas de extracción y clasificación de los datos personales, los mayores rendimientos serían los obtenidos por quienes están aportando utilidades al tráfico de datos, los llamados "OTT" (de "over-the-top" en inglés, por la adición de tales utilidades al servicio básico de telecomunicaciones), sea para fines profesionales y de colaboración (como las aplicaciones de compartición de documentos, agendas y reuniones, como Teams de Microsoft o Workspace de Google); de entretenimiento (como Netflix, YouTube o la aplicación de juegos PewDiePie) o de relación personal (como Instagram, TikTok o LinkedIn).

Como proveedores de la conectividad y gracias al uso de los navegadores y de las aplicaciones instaladas en los dispositivos de sus clientes, los operadores se han convertido en agrupadores de tales aplicaciones y a la vez en agentes imprescindibles de su funcionamiento y rendimiento sin por ello percibir de los OTT retribución alguna, cuestión que viene suscitando constantes peticiones ante las autoridades para un reparto de las cargas del despliegue y operación de los recursos técnicos necesarios para la oferta de conectividad más equitativo y que alcance a los OTT.

Referido al negocio con empresas, los operadores llevan tiempo ampliando su oferta de servicios, para cubrir con cierta aportación de valor, en su condición de "integradores", la reventa de aplicaciones e incluso el diseño y gestión de proyectos informáticos diversos y entre los que en los últimos tiempos la transferencia del procesamiento de datos de los clientes a las "nubes" y la implantación de sistemas y herramientas de ciberseguridad han adquirido cierto auge. Así pues, los operadores van adquiriendo un papel de mayor relevancia y captura de al menos parte del valor de estos servicios que progresivamente cubren aspectos más amplios de las tres tecnologías emergentes señaladas al inicio. La evolución hacia un OTT por parte de los operadores no resuelve si no más bien magnifica el desafío de diferenciación de las ofertas a los clientes, pues siendo gratuita la interconexión para quienes ofrecen sus contenidos a través de las redes de los operadores a los clientes de éstos y salvo para las aplicaciones de pago, todos los operadores que compiten por el mercado de conectividad incorporan las mismas aplicaciones o incluso las sufragan de forma compartida cuando se trata de "exclusivas" (como es el caso del fútbol en la TV de los operadores), lo que eleva de manera creciente y potencialmente insoportable el coste de esa ventaja, que requiere una continua renovación y enriquecimiento de la oferta al mercado, generando una incertidumbre notable para el modelo económico de los operadores, basado en las inversiones a largo plazo, la razonable estabilidad de sus ingresos y la expectativa de un flujo de caja libre creciente.

Cuando los operadores se convierten en subcontratistas inevitablemente ponen en riesgo sus márgenes, a expensas de su capacidad de negociación con quienes desarrollan y licencian las aplicaciones, gestionan los centros de procesamiento de datos o fabrican los dispositivos que los operadores ofrecen para atraer o fidelizar a clientes nuevos o actuales. La percepción de una posible reorientación en marcha del esfuerzo comercial por parte de los operadores que permite evitar al menos en parte los cuantiosos costes de proyección de sus marcas, cuyos atributos ya están asumidos por el mercado y son tenidos en cuenta para considerar la continuidad o la terminación de las relaciones comerciales, en un sector tan fluido y cada vez más susceptible de individualización, es decir, de encontrar una oferta más acorde con las necesidades y preferencias específicas de un público -de particulares y empresas- realmente heterogéneo. Una consecuencia a medio plazo de esa transformación de hecho en comercializador de capacidades y recursos de terceros es la dificultad para aumentar la escala de los negocios propios, lo que impide obtener la disminución de costes unitarios y la consiguiente posibilidad de tomar la delantera en la señalización de precios al mercado sin merma de rentabilidad.

Si el mayor valor añadido en la venta al cliente final se atribuye a conceptos ajenos a los operadores, en la práctica serán quienes los poseen (sistemas operativos, vinculados a la oferta de dispositivos y terminales; inteligencia artificial; capacidad de procesamiento de datos en las "nubes" públicas) quienes podrán desarrollar su propia propuesta comercial, potencialmente diferenciada hasta el grado de concreción que les permita el conocimiento adquirido de los hábitos y preferencias de los usuarios, personas, empresas e instituciones, sin la estricta limitación territorial que impone a los operadores la sujeción al ordenamiento jurídico del Estado que les otorga la condición de operadores, atendiendo al interés general y a la correcta gestión y protección del dominio público (a través, por ejemplo de la concesión restringida y competitiva del espectro móvil).

Los titanes de Internet, también conocidos precisamente como "hiperescalares" por su presencia global y en muchos casos por contar entre sus usuarios con una fracción significativa de la población mundial (en lo que se refiere al sistema operativo de los 6.640 millones de terminales móviles que según Ericsson y Radicati Group estaban en uso el mes pasado, Android, de Google, sería el sistema operativo de 4,74 mil millones de terminales y iOS, de Apple, el de 1,85 mil millones de terminales, según las cuotas atribuidas a los mismos por Statista). Como la conectividad se fundamenta en el binomio red (en sentido amplio, que actualmente incorpora el procesamiento de la información requerida y generada)-dispositivo (fijo o móvil, personal o máquina autónoma) y la primera personalización se basa en las preferencias de los usuarios, obviamente la eficacia de la conectividad avanzada como habilitador depende en gran medida de las opciones que provean en ese primer plano empresas como las citadas, que han venido a calificarse como "porteros" (del inglés "gatekeeper") de la experiencia digital, suscitando las cautelas de los gobiernos y las reticencias de quienes, como los operadores, conviven con los hiperescalares en el ecosistema de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Si la principal preocupación que han suscitado estos gigantes tiene que ver con la protección de la intimidad y el uso diligente de los datos personales obtenidos en el ejercicio de su actividad (como se ve en el anuncio el pasado 5 de Septiembre de la multa de 405 millones € impuesta por el supervisor irlandés (DPC) a Instagram por no tomar las medidas oportunas para impedir la divulgación de datos de usuarios menores de edad), lo cual vendrá a abordar el esperado Reglamento de Servicios Digitales de la Unión Europea -ya aprobado por el Parlamento Europeo y a la espera de que el Consejo de Ministros haga lo propio para su entrada en vigor en 2023-, la segunda iniciativa regulatoria europea relativa a la competencia en los mercados digitales buscará, en paralelo con la tutela de los derechos de los usuarios, establecer mecanismos de contribución a los erarios públicos de los Estados miembros en razón del lugar en que se obtengan los ingresos digitales y no en función del domicilio de quien se lucre esencialmente con informaciones generadas por sus usuarios, atendiendo a la naturaleza transfronteriza de los negocios de las empresas hiperescalares. Por el momento está suspendida, hasta que medie un acuerdo al respecto en el seno de la OCDE, una posible tasa del 3 por ciento sobre el valor de los ingresos de publicidad digital asociados a usuarios que autorizan la cesión y uso de sus datos personales y quizás después venga la inclusión en el impuesto de sociedades de las empresas hiperescalares no residentes de los beneficios asociados a los negocios con los referidos datos personales, todo lo cual debiera revertir en la posibilidad de una mayor financiación pública de las infraestructuras de conectividad avanzada, a través de múltiples programas y actuaciones incluidos en el Plan para la conectividad y las infraestructuras digitales de la Agenda España Digital 2026.

La conectividad avanzada depende cada vez menos de las infraestructuras físicas, no obstante ser éstas esenciales para la provisión de los servicios, cuya capacidad y rendimiento están sujetas -en la parte "activa"- a su optimización a través de su desdoblamiento virtual y de los procesos de compartición de recursos entre competidores. Así, la "inteligencia" de las redes, que abarca también y muy señaladamente la integración con el procesamiento de los datos y el desarrollo de aplicaciones para la nueva conectividad, de personas y cosas, ha abierto un panorama de colaboración entre los operadores y los titanes de Internet, para la mejora de la eficiencia de los primeros y el crecimiento de las operaciones de los segundos, teniendo presente que como señala The Economist en el artículo de 29 de Agosto pasado titulado "Margin brawl", se estima que actualmente tan sólo cerca del 30 por ciento de las cargas de trabajo de los sistemas de información de las empresas en todo el mundo han sido transferidas de los servidores locales a las "nubes" de Internet. En efecto, cada vez son más las aplicaciones de configuración, gestión y supervisión de elementos críticos de las redes de telecomunicaciones, como la conmutación que se implantan desde las "nubes", con una contribución tan significativa en cuanto a su complejidad y rendimiento en razón de la elasticidad y versatilidad de los recursos (contenedores, micro-servicios) en ese medio como de la propia arquitectura y capacidades de la red provista por los fabricantes líderes (Ericsson, Nokia, Samsung).

Por el momento los gigantes de Internet no tienen una oferta de conectividad propia para los usuarios de sus servicios (con algunos experimentos como "Google FI" en Estados Unidos, que se basa en acuerdos de uso de redes de terceros, centrando en el dispositivo del cliente -en este caso los terminales "Pixel"- el valor añadido de la propuesta). Sin embargo, no es descartable que mediante fórmulas de empaquetamiento de la conectividad con la cesión de datos personales vinculados al uso de sus servicios principales puedan llegar a crear ofertas atractivas que requerirán optar por ciertas tecnologías y tal vez la asociación con determinados operadores.

En un contexto de fuerte disputa por el negocio de conectividad, teniendo presente la atomización de ofertas de la banda ancha fija y la constante erosión de precios de la móvil, impulsada por los operadores virtuales de los propios operadores de red, la innovación en conectividad previsiblemente busque satisfacer las necesidades específicas de mayor caudal y velocidad, menor retardo y densidad masiva de dispositivos en redes móviles asociadas a la automatización de procesos productivos y servicios públicos o de interés general, sirviendo de muestra los despliegues de redes privadas 5G en fábricas e instalaciones con un elevado nivel de robotización, como las cadenas de montaje de automóviles y plataformas de gestión de piezas y recambios o en estadios y otros recintos de gran aforo de público.

Alberto Horcajo es CoFundador de Red Colmena